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Convivencia y problemas digestivos en perros
Hoy nuevamente os traigo un artículo escrito por Belén de La Ratuca Kaila, que nos hablará de un tema super interesante!
¿CÓMO ES CONVIVIR CON UN PERRO CON PROBLEMAS DIGESTIVOS?
Una de las causas más comunes, debido a la mala alimentación o a una alimentación inapropiada, es los problemas digestivos que nos podemos encontrar en los perros.
Convivir con un perro que tiene el sistema digestivo delicado, ya sea porque tiene digestiones pesadas, porque tiene alguna patología más compleja o porque no tolera ciertos alimentos, es una situación compleja hasta que consigues dar con la “clave”, entender qué le sucede realmente o donde reside el “problema”.
Una situación compleja, porque el proceso de diagnóstico del que hablaremos más adelante, es un proceso largo y latoso, hasta saber qué es lo que realmente le pasa a tu perro, ya consta de realizar varias pruebas veterinarias, y de acompañarte de un profesional de la nutrición animal especializado en dieta natural para ir adaptando la dieta según cómo vaya avanzando o evolucionando el proceso, hasta conseguir tener un diagnóstico y encontrar la dieta adecuada y personalizada a tu perro.
¿Qué cosas hay que tener en cuenta durante el proceso de diagnóstico?
Durante el proceso, (bueno y siempre se debería hacer), hay que ir observando cada día cómo realiza las heces el perro ya nos dan mucha información al respecto de cómo se encuentra su aparato digestivo. El color, la forma, la consistencia, etc, todo es información relevante para ir descartando posibles patologías.
Otra cosa importante a tener en cuenta durante el proceso de diagnóstico es el estado anímico o los posibles síntomas que pueda tener nuestro perro, tales como: vómitos, acidez, no encontrar una postura para dormir.
¿Y por qué es tan largo el proceso?
Porque al igual que en los humanos, existen una gran variedad de patologías digestivas como: IBD (enfermedad digestiva inflamatoria), pancreatitis exocrina, disbiosis intestinal, etc., que hay que ir descartando según las pruebas veterinarias y también según la alimentación, ya que esta es pieza clave en todo el proceso.
Una buena alimentación, preferiblemente dieta natural, es el paso más importante para poder dar con la solución a los problemas digestivos que tenga nuestro perro, porque gracias a la infinidad de alimentos que existen y las “combinaciones” que se pueden realizar, se puede ir adaptando a lo que el perro necesita en cada momento del proceso, y en muchas ocasiones, con la buena alimentación ya bastaría para estabilizar y reforzar el sistema digestivo de nuestro perro.
¿Qué tipo de pruebas hay que realizar?
Lo primero de todo es realizar una analítica de sangre completa para ver que todos los parámetros estén bien y también una analítica completa de heces, ya que ahí conseguimos saber aparte de si tiene algún tipo de bacteria, si tiene sangre en heces (que podría ser causado por alguna úlcera, algún problema en el intestino grueso, incluso alguna intolerancia alimenticia, etc.).
Una vez realizadas esas pruebas se suele realizar una ecografía para ver cómo se encuentra todo el aparato digestivo y demás órganos que influyan en la digestión, como hígado y páncreas, entre otros.
A continuación, es donde entra el papel más importante, el del nutricionista especializado en dieta natural, quien adaptará la dieta según las necesidades del perro y según los resultados obtenidos en dichas pruebas. Se establece una dieta personalizada y se va observando qué tal se va encontrando el perro con esa dieta adaptada, si le va sentando bien, si se encuentra bien anímicamente, etc.
Después de unos meses se vuelven a repetir las pruebas anteriormente mencionadas (las analíticas completas) para ver si los parámetros que en un principio salían desestabilizados, con la dieta individualizada se han equilibrado y se ha encontrado la raíz del problema. Si aún no se ha encontrado ese equilibrio, entonces es cuando se pueden realizar otro tipo de pruebas veterinarias (según lo que considere el profesional) y se reajusta la dieta natural para ir mejorando el sistema digestivo del perro.
¿No hay una manera de acelerar el proceso?
Aunque siempre hay que realizar un proceso de diagnóstico de patologías que puede ser más o menos lento dependiendo del tipo de problema digestivo o dependiendo del perro, sí, hay una prueba que es más rápida para dar un diagnóstico, sería la gastroscopia o la colonoscopia dependiendo de la parte del sistema digestivo que se ve afectada, en algunos casos incluso se necesita hacer ambas.
Pero para realizar estas pruebas que son más invasivas, ya que hay que realizarlas bajo sedación, hay que tener en cuenta otros aspectos como la edad del perro, si tiene otras patologías (por ejemplo problemas cardíacos), etc, … Por eso siempre es recomendable, aunque sea más lento el proceso, realizar las pruebas comentadas en el anterior punto y dejar la endoscopia como último recurso.
¿Y cómo gestiono yo como humano el proceso?
Los humanos que convivimos con un perro con problemas digestivos tenemos que “armarnos de paciencia” y trabajar mucho nuestra parte interna de aceptación, ya que en algunas ocasiones si el proceso de diagnóstico es muy lento o muy largo (también según cada humano) se tienen momentos de “bajón emocional”, porque es complicado gestionar la frustración que puede ocasionar, el hecho de ver a tu compañero perruno con molestias, que no termina de estar bien del todo, y no conseguir dar con la tecla por muchas pruebas que se hagan.
Es primordial para una buena gestión de la situación para ambas partes también que nosotros los humanos, nos dejemos asesorar por especialistas, pero que a su vez, hagamos un trabajo de conocimiento sobre el perro con el que convivimos, como por ejemplo: su manera de gestionar el dolor (hay que tener en cuenta que esto puede hacer que estén más irascibles o que reaccionen más fácilmente a ciertos estímulos), su forma de expresar la incomodidad o las molestias digestivas (pueden mostrarlo con diferentes vocalizaciones, con gestos de no encontrar una postura corporal cómoda, etc) y acompañarles empatizando con su estado anímico y emocional, para así poder acompañarlo mejor durante el proceso.